07 octubre 2010

Sufrir desde la serenidad

Tengo necesidad de expresarme, de escribir, y a la vez hastío… Es tan elevado en mi en este momento el sentir de no creer, que la oscuridad lo invade todo… Realmente, ni veo pero tampoco deseo ver… Siento la necesidad de aislarme de todo, deseo reencontrarme, sosegarme, abrazarme y comprenderme… Me distancio y no deseo compartirlo porque no creo; confieso que lo deseo, pero a la vez que lo necesito no puedo ahora con más frustración… Este sentir es literalmente estar muerto en vida, me dejo ir…. Ahora mismo todo carece de sentido…no sé vivir por vivir…
Qué hastío de tanto pelear, me cansa tanta defensa de los ataque de mi prójimo, tan lejos y a la vez próximo para hastiarme y herirme… deseo no creer más para no frustrarme de este modo… en realidad sé que parece que lo permitimos, pero condiciona tanto lo vivido… Quiero morir del todo en este instante, y sin embargo este vivir es de algún modo morir a cada instante, parezco condenado a seguir estrellándome en el muro de los demás… ese muro grueso, lleno de espinas, duro, frío, infranqueable y amargo… repleto de mi sangre y mis pedazos de carnes maltrechas. Y por mucho que tomo consciencia después de tantos años de trabajo interior, y como digo tomo toda la consciencia de la que soy capaz; pero es que es así como lo siento y padezco y vivo… no exagero ni una pizca aunque pueda parecerlo, es tan absoluto…
Y siempre me toca vivirlo solo, y creo porque es así como se producen cambios y crecimiento en este aprendizaje de la vida.   Mas desde esa amarga soledad no escogida… y con sabor a hiel, desde mi necesidad de mi niño, del ahora que el adulto tan solo puede comprender y contemplar. Ay, como se me agrava con esta soledad por esperar, qué frustración dolorosa, pues si recurro a mi otra carne… aquesta no comprende, y si acaso la espero en demasía, acabo siempre cruzando esa línea sin retorno de la voluntad y  del aislamiento, que me hace a pesar de la necesidad rechazar cualquier compañía o mano… NO comprende y por eso me agrede mi alma y tripas maltrechas… Ay esa distancia que me conduce al olvido, al hastío, al frío, a la perdición que no escojo, pero me atrapa… Y sin embargo vivirlo y sentirlo con tanta consciencia, lo hace un dolor inmenso y profundo… que tan solo con una mirada en silencio grito sosegadamente un Ay compungido… No, no pongo resistencia, pues cuando el dolor y la angustia serena vienen a visitarme de este modo… sé de sobra que cualquier resistencia es vana… Y es más, poco a poco en mi camino, voy aprendiendo que existen momentos en que toca sufrir de este modo y manera… Toca que me moldee el cincel firme mi figura tan imperfecta, quitándome todo lo que en mi sobra, aunque en este ahora se me escape la comprensión plena… Mas tengo fe por otros momentos, que las luces me fueron dadas, y es por eso que aun habiendo tomado el sufrimiento posesión de mi, puedo acaso vivirlo serenamente después de manifestarlo de este modo. Y es por ello, que padezco y sin embargo más sereno  cuando como digo tomo consciencia y abrazo y comprendo y abrazo mi padecer oculto a los ojos ajenos… y digo amén mi amada providencia, en ti creo y espero… Sea así pues…hasta cuando deba ser…

Mayo 2008

2 comentarios:

  1. Me siento muy identificada con lo que aquí dices, y además no te falta razón, hay que estar sereno y esperar a los acontecimientos que lleguen por si solos sin forzarlos

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    1. Haciendo un repaso, y no había visto tu lectura y comentario Ana; imaginando que mis antiguos post no serían leídos, pero ahí están.
      Ya lo he solucionado pues me avisa un mail si algún comentario se produce...
      Muchas gracias por todo.
      Un gran abrazo

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