07 octubre 2010

Desde las entrañas, en Psiquiatría II

No puedo evitar lo que siento, y es que escucho la puerta llamando, es el deseo que mis padres vengan a verme, que me acojan sin ningún miedo... es demasiado grande la necesidad; y aunque cómo cuando vino a verme mi mamá en el hospital, cuando perdí el conocimiento abriéndome una brecha en la cabeza, desconozco cómo me sentiré, si me derrumbaré de nuevo...
¡Ay! es que ansío tanto ser acogido por un Amor Incondicional, que mis entrañas siguen y siguen esperando... siempre he creído que finalmente son deseos de Dios, pero si mis padres aparecieran, aunque supusiera sufrimiento para mi, sería para que conocieran mi verdadero estado, a lo que me ha llevado tanto sufrimiento y tanta oscuridad.
Y es que me vi con fuerzas para retirarme de este mundo, y mi miedo a arrepentirme me ha enclaustrado en este mundo tan diferente, con guardias en la puerta, dónde por desconocer la singularidad de cada cual, hace que algunos te miren o traten como un loco, y aunque eso no me importa y como digo que es una cura de humildad, porque anida aún tanto orgullo en mi... pero aquí sin duda soy uno más, aunque por la medicación y comportamiento ha hecho que no me aten, pero la he sufrido en otros cuando los veo así, aunque comprenda que es por su bien y el de los demás.
Hoy el tiempo transcurre a la misma velocidad, pero desde aquí dentro se vive con la sensación de ralentización, y a ello se le suma que pensé que iban a darme el alta, pues la medicación hace bien su efecto, a pesar de ser muy consciente que es una contención, pero la angustia, las preguntas están en mi con la misma intensidad y fuerza de sufrimiento.
Cierto es que ahora han desaparecido mis tentaciones tremendas de autolesión. Llevo aquí algo más de cinco días, y son muchas las experiencias.
Y aunque todos recluidos, y algunos puedan aparecer con brotes violentos, os aseguro que aquí hay menos violencia que ahí fuera, al que llaman mundo real de ahí fuera cuando cruce la puerta custodiada y restringida. Aquí viven seres humanos que se expresan de muchas formas diversas, pero son transparentes, y no hay dobleces ni maldad, a pesar de los múltiples y diversos diagnósticos que asustarían a más de uno, o incluso se tildaría de locura, cuando fuera de aquí yo he visto más locura. En ese sentido estoy muy a gusto aquí, incluso a salvo, y tengo mis momentos de intimidad que busco y necesito, y a pesar de ello si me protestan mis intestinos llenos que necesitan mucha dedicación y esfuerzo para liberar la pesada y dolorosa carga, que tanto le cuesta seguir el dibujo serpenteante hasta el orificio final.
Lo que verdaderamente echo en falta es a mi niño, que amo sin límites, y que me entrego a él en cuerpo y alma, a pesar de mis limitaciones, mas conversamos por teléfono a menudo y en la sintonía mágica y acostumbrada.
Ya por tercera vez en este mes de Septiembre, me ha tocado morder el polvo del suelo, y estas pérdidas de consciencia, son tremendos golpes, ya va notándose la edad adulta, pues uno no se recupera del mismo modo de los impactos inconscientes contra el suelo, pero bueno no ha ocurrido nada importante, seguiré teniendo cuidado cuando me mueva o levante.
Si ha de ser, mañana me darán el alta, pues por la tarde tengo que ingresar para terminar la intervención quirúrgica de mis paquetes hemorroidales que me restan, al menos de hospital a hospital daré un pequeño paseo.
Y eso decía, aquí está el pasillo lleno de visitas de familiares, y a pesar de mis temores a derrumbarme más y más, bien es cierto que desearía poder ver a mis padres, quizás sin tener que pronunciar palabra alguna, sino tan solo fundirnos en un abrazo y esos besos sinceros, de esos que comunican amor incondicional y que tanto necesito y tanto me asustan.
¡Cuántas experiencias más me esperan aún por vivir! ¡Qué misterios que aún no consigo comprender a pesar de estar atento a la escucha!.
Dios mío, perdona que acuda poco a ti, y tú que me conoces bien sabes que creo y que deseo abandonarme a tus planes aunque no los comprenda, y me encuentre tan indefenso y tan perdido, hágase tu voluntad y no pase de mí este cáliz, aunque te pido fuerzas, que de mi solo puede salir miseria.
Quiero o deseo confiar en ti, a pesar de la penumbra densa que me embarga, pero que tanto me cuesta por mis condicionantes que tú conoces mejor que yo mismo....
Ven a visitarme y quédate conmigo, o déjame descansar a tu lado... eso es lo único que necesito y anhelo; lleéname por completo, que sólo tú puedes hacerlo.

No he conseguido desde el teléfono móvil poder felicitar a mi hermano en su 23 cumpleaños, pero desde mi oración me comunico con él, desde mi habitación hospitalaria de unidad psiquiátrica.
Sevilla, a 21 de Septiembre de 2009


Quiero dedicar este escrito a mis hermanos de la Unidad psiquiátrica, que tanta necesidad tienen de ser amados y comprendidos y sobretodo escuchados, a Miguel Ángel, Marta, Juan Carlos, y tantos otros y otras que compartimos momentos y sufrimientos... Y por todos aquéllos que tanta humanidad necesitan en los tiempos que corren de tanto avance tecnológico y tanta deshumanización...

2 comentarios:

  1. ¡Qué relato tan hermoso! Es evidente que lo escribes desde lo más profundo de tus sentimientos. Está muy claro que llega un momento en que nuestra mente no puede más y nos da señales que se reflejan en nuestra salud física. Por ejemplo, recuerdo un experimento atroz hecho por los nazis. Por lo visto cogieron a un bebé y lo cuidaron, alimentaron, lavaron, medicaron, etc. sin embargo, jamás le dieron ninguna muestra de cariño y la criaturita acabó muriendo... obviamente lo que se demuestra es que necesitamos sentirnos queridos y realizados para poder seguir adelante. Espero que sigas escribiendo así, un saludo.

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    1. Acabo de ver tu comentario ahora, no sabía que lo habías leído.
      Son escritos más antiguos, ahora ya lo he solucionado pues tengo aviso si alguién me comenta.
      Conozco el experimento nazi que nombras, y es indescriptible pero real. Puedes tener todas las necesidades físicas cubiertas, que si no tienes ese alimento para el alma, mueres, o eres un ser inerte en vida.
      Gracias por leerme y tus palabras que me motivana a escribir, y además es muy terapéutico para mi.
      Y para tu tranquilidad, no sé escribir de otra forma o manera.
      Un abrazo de corazon Helienne

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