07 octubre 2010

Desde las entrañas, en Psiquiatría I

Sin duda que poco o nada sé, o cuando incluso creo que algo he aprendido, parece que aparecen nuevas lecciones que hacen suponer que nada sé.
Estas experiencias, sin lugar a dudas, me hacen sentir que son curas de humidad, y de seguir atestiguando, que soy poca cosa, mis miserias, mis limitaciones, ¡qué grandes son!. Causa risa en mí, que llegara a pensar y sentir que no podía aprender más de mi mismo, o al menos que mis cimientos interiores eran buenos, y que al fin había podido edificar mi estructura en roca firme después de tantos años de trabajo interior y personal...
Y ahí estás, Providencia, en donde se ha derruido todo, y hasta desaparecer mi visión de fe, para ser invadido y poseído desde mis entrañas de toda esa podredumbre que no veía y desconocía en mi, y vi claramente que rebosaba, y que por mucho que quisiera, aun sin tomar consciencia, que me era del todo imposible mantener la presión de mi dique, pues las alarmas hacían que las grietas hicieran aguas por doquier, y a la vez presentándoseme ese inconsciente con tanta claridad, que si no podía abordarlo y rotas todas las barreras y sellos, proseguiría viviendo y sintiendo mi infierno en vida.
Son tantas las preguntas sin respuesta, y tanto cáncer extendido y ajeno a mis fuerzas y hasta de mí mismo, que desconozco lo que sucederá... pero sé que mi huida era tan ansiada hacia una muerte sin sentido, que pude acudir por ayuda pues mi vida física corría grave peligro, así pudiendo pensar y comprobar y comprender que soy capaz de todo lo peor sin limitación alguna. Y aquí estoy ingresado en psiquiatría, quitándome más prejuicios sobre los suicidios, y de los enfermos mentales, y de estos sufrimientos difíciles de ver, creer y comprender.
¡Qué cosas me toca vivir y experimentar!, y tal vez las que aún me esperan... aunque me angustia sobremanera el desconocer el porqué de tantos años de sufrimiento y en soledad, pues he sido siempre muy poco creído en mis padeceres físicos, por no poder etiquetar bajo ninguna enfermedad tras pruebas lógicas pero negativas o no comprensibles, mas sí pueden descifrarse desde mi atroces sufrimientos interiores, que afectan y de qué manera a mi cuerpo físico cada vez más maltrecho, aunque desde fuera parezca tan sano a todos los niveles.
Quisiera paciencia, más aun para comprender y asumir y aceptar y abrazar tantas cosas que se me escapan y me atormentan, y no malgastar tantos talentos que me fueron concedidos y que me frustran al no poderlos compartir y sacarlos de mí, y estar tan alejado y distante de los demás y de Dios.
Pero no, no me avergüenza estar en el hospital en el área psiquiátrica, aunque algunos ingresados me digan que debería estar fuera de allí, pero lo cierto es que hago cola como todos ellos para la entrega de las comidas, los medicamentos, los pijamas y ropas de cama y las duchas.
La realidad puede ser tan subjetiva, y alejarnos tanto unos de los otros de tal manera; haría falta un ser que pudiera acompañarnos y explicarnos tantos puntos de vista diferentes de una misma cosa o suceso, para así comprender a cada unos y sus acciones, que muchas parecen libres, pero en ello me pierdo, pues son tantas las veces que experimento eso de ser un títere de tantos condicionantes... y así. Con cada ser humano, qué alejados tanto unos de otros, y aunque parezca que rehuyo el contacto humano, lo ansío y necesito tanto, pero mi tribulación y padecer me aleja de los demás y sufro mucho por ello...

Sevilla, a 18 de Septiembre de 2009

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